Columna de Opinión
La conexión del mar y la tierra del MOP
Nuestro país se destaca por sus extensas y hermosas costas. En estas se emplazan bellos paseos costeros que sin importar la cantidad de azotes incesantes que decida lanzar el mar, siguen en pie como la Bahía de Cumberland en Juan Fernández, el paseo Juan de Saavedra Valparaíso y Av.Perú de Viña del Mar. Muelles turísticos que, sin importar el paso del tiempo, vuelven renacer a su antigua gloria, como el Muelle Vergara en Viña del Mar. Tradicionales caletas como en Pichicuy, Los Molles, la tan popular caleta Portales o las nuevas como caleta Ventanas y El Quisco.
Todo el que se encuentre en Chile tiene el placer de poder disfrutar de estos hermosos lugares, pero pocos se detienen a pensar cómo es que estas tradicionales infraestructuras públicas chilenas pudieron ponerse de pie. Esta maravillosa conexión entre la fuerza, energía y pureza del mar, con la inamovible y generosa tierra que podemos disfrutar en nuestro territorio; se debe a la constante y muchas veces silenciosa labor del Ministerio de Obras Públicas a través de la importantísima Dirección de Obras Portuarias.
En un país compuesto principalmente por costas, lo mínimo que debemos esperar es un Gobierno comprometido y un Ministerio jugado con la conservación y protección de estos lugares; que no solo son un importante foco turístico, también son parte de las actividades artesanales más tradicionales de nuestro país y compone uno de los factores más importantes del comercio local del sector. Es por esto que la constante mejora y preocupación que realiza la Dirección de Obras Portuarias, es primordial para la experiencia de las personas que trabajan allí y todos los que las visitan diariamente